Como padres, tenemos la obligación de enseñarles que el sexo puede tener consecuencias. Necesitan estar informados sobre los diferentes métodos de protección contra enfermedades de transmisión sexual (ETS) y embarazos no deseados. Hablarles de las consecuencias y asegurarnos de evitarlas, así como saber escuchar y desarrollar una relación de confianza mutua, es fundamental tanto para su crianza como para que nosotros como padres seamos conscientes de la vida de nuestros hijos, y estar presente para guiar y acompañar este proceso de iniciación a la vida sexual.
Sin duda, el sexo es una parte natural de una relación. La sociedad actual muchas veces habla de sexo de manera presuntiva, especialmente entre los jóvenes, lo cual puede tener consecuencias si no están debidamente capacitados para manejar diferentes aspectos de una vida sexual activa, pero como padres siempre podemos permitirnos hacer algo al respecto. . . ¿Cómo? "¿O qué?
- Hablar con nuestros hijos sobre el sexo y nuestros valores y por qué pensamos en ellos.
-Intentemos moldear el comportamiento que esperamos de ellos.
-Permítales explicar cómo y por qué la actividad sexual temprana puede afectar sus sueños y metas, pero si deciden experimentar de todos modos, bríndeles la capacitación que necesitan para evitar errores.
- Ayudarlos a decidir sus metas en la vida, deseos, anhelos y educación.
- Recuérdeles siempre que no deben hacer algo que no quieren hacer, que no deben ceder ante la presión del grupo o social, que está bien esperar.
- La educación sexual de los niños y jóvenes es responsabilidad de sus padres.
- Respetamos sus opiniones y decisiones. Debemos estar dispuestos a escuchar lo que nuestros hijos tienen que decir. Esto no quiere decir que los padres estén de acuerdo con todo lo que sus hijos elijan o hagan. Es bueno informarles, siempre con respeto y sin desvalorizar sus propias elecciones.
- Uso de anticonceptivos.
- No evitar sobre lo importante. Hablar de sexo con los niños puede abrir nuevos espacios de diálogo, aunque muchos padres no se sientan cómodos con ello, no deben eludir este tema.
¡Nunca es demasiado hablar con los niños!
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